No es ningún secreto que me encantan las galletas Oreo, me gustan en todas sus formas, en batidos, en cupcakes y...en tarta! si si, habéis oído bien, Tarta de Oreo!
Esta tarta llevaba bastante tiempo entre mis recetas pendientes y por fin, aquí está. Es espectacular, os puedo asegurar que os va a encantar.
Además es muy muy fácil de hacer y podéis conservarla en el congelador en lugar de en la nevera para tomarla como tarta helada.
Yo usé un molde alto de 15 cm de diámetro, pero las cantidades son perfectas para un molde de 18 o incluso 20 cm de diámetro, simplemente os quedará más bajita, pero igual de rica!
¡Vamos con la receta!
Ingredientes
250 g de galletas Oreo (este peso corresponde a las "tapas" de las Oreo, sin tener en cuenta el relleno).
El relleno de las galletas Oreo.
60 g de mantequilla.
100 ml de leche.
500 ml de nata para montar.
140 g de azúcar.
250 g de queso crema (tipo Philadelphia).
100 g de chocolate blanco.
1 sobre de cuajada.
1 cucharadita de extracto de vainilla.
Elaboración
En primer lugar separamos las tapas de las galletas y sacamos la crema con un cuchillo. Reservamos por una parte las tapas y por otra el relleno. Trituramos las galletas hasta que queden muy final y separamos 160 g para la base de la tarta y 90 g para la decoración final.
Base de la tarta
Metemos la mantequilla unos 30 segundos en el microondas hasta que se derrita y lo mezclamos con las galletas trituradas que habíamos reservado para la base.
Mezclamos bien hasta que quede homogéneo y lo ponemos en la base del molde apretando bien con una espátula o una cuchara hasta que quede liso y compacto.
Metemos en la nevera mientras preparamos el relleno de la tarta.
Relleno de crema
Disolvemos el sobre de cuajada en la leche y removemos muy bien hasta que no quede ningún grumito.
Por otra parte mezclamos bien el queso crema con el azúcar y reservamos.
En un cazo, ponemos la nata junto con el chocolate blanco y el relleno de las galletas Oreo y calentamos a fuego medio hasta que comience a hervir, en ese momento añadimos el queso crema que habíamos mezclado con el azúcar y seguimos removiendo.
Cuando esté todo integrado añadimos la leche con la cuajada y la cucharadita de vainilla.
Seguimos removiendo bien y en cuanto empiece a hervir de nuevo retiramos el cazo del fuego.
Esperamos unos minutos hasta que la mezcla se temple, sacamos el molde de la nevera y añadimos el relleno.
Volvemos a meter en la nevera unos 15 minutos.
Truco: Al añadir la mezcla no lo hacemos directamente sobre la base ya que podría romperse sino que lo echamos sobre una paleta o cuchara como se puede ver en la foto; de esta manera cae en la base de manera más suave y no se romperá.
Decoración de la tarta
Una vez esté un poco fría, espolvoreamos por encima de la tarta las galletas trituradas que habíamos reservado para la decoración. Podemos ayudarnos de un colador para tamizar las galletas por encima de la tarta.
Metemos la tarta en la nevera o el congelador durante un mínimo de 4 o 5 horas, aunque lo ideal es dejarla toda la noche.
¡Y listo! Ya tenemos nuestra tarta preparada! Os aseguro que está buena, buena, buenísima, en serio, ha pasado a formar parte de mi lista de tartas favoritas!
Espero que os haya gustado la receta y os animéis a prepararla, triunfaréis seguro!
¡Besos!
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