Os preguntaréis qué tiene de especial este bizcocho, pues bien, lo que le hace especial es que es más denso que los típicos bizcochos de yogur, de esta forma conseguiremos que, al cubrirlo con fondant no pierda la forma y las tartas queden perfectas.
Se trata de un bizcocho cuatro cuartos de vainilla; se llama así porque lleva 4 ingredientes principales y todos en las mismas cantidades.
Para un molde alto de unos 15 cm de diámetro yo use las siguientes cantidades (podéis usar las que queráis dependiendo del tamaño de vuestro molde, eso sí, recordad que las cantidades de los 4 ingredientes deben ser las mismas!)
Ingredientes
160 g de harina.
160 g de azúcar blanco.
160 g de huevos.
160 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
1 sobre de levadura en polvo.
Truco: para que sea más fácil podéis pesar primero los huevos (una vez cascados) y en función del peso añadís los demás ingredientes; te esta manera no tenéis que ir quitando o añadiendo peso de yema y clara que siempre es más complicado.
Ejemplo: si 3 huevos pesan 175 g pues pesáis 175 g del resto de ingredientes y listo (no sé si me he explicado bien, jeje).
Preparación
Colocamos la mantequilla en un bol y batimos con las varillas durante unos 3 minutos, después incorporamos el azúcar hasta que se mezcle bien y vamos añadiendo los huevos uno a uno hasta que se integren por completo en la masa. Añadimos la vainilla y removemos.
Después añadimos poco a poco la harina, previamente tamizada, y la levadura y mezclamos hasta que se forme una masa homogénea.
Vertemos la masa en el molde y ponemos en el horno a unos 170ºC, con el horno previamente calentado y calor arriba y abajo, sin ventilador, durante unos 45 minutos o hasta que metamos un palillo y salga seco.
Es importante no abrir el horno durante la primera media hora o se bajará el bizcocho.
Una vez listo lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar por completo antes de desmoldar.
Nota: pasada la primera media hora de horneado podéis poner un papel de plata encima para que no se queme; intentad que el papel no toque el bizcocho u os pasará como a mi y no subirá del todo por la parte que esté tocando al papel.
Consejo: antes de verter la mezcla en el molde yo cubro la base con un círculo de papel de hornear y los laterales con una tira del mismo papel, para que no se pegue y se desmolde perfectamente.
Esta receta de bizcocho es la que utilicé para hacer la Tarta de Pala de pádel, es perfecta para cubrir con ganaché de chocolate y forrar con fondant, podéis darle la forma que queráis ya que al ser más denso aguantará perfectamente.
Eso sí, para que al comerla esté muy jugosa, debéis bañar todas las capas con un almíbar antes de rellenarla y cubrirla; de esta manera quedará super jugosa.
Nota: Si no vais a consumir el bizcocho inmediatamente después de hornear podéis congelarlo una vez lo saquéis del horno y esté frío, con el molde y todo, bien forrado con papel film, así no perderá la forma.
Congelar los bizcochos viene muy bien si queréis tener el bizcocho listo con antelación, de esta forma podéis descongelarlo cuando vayáis a preparar la tarta. Es importante que lo dejéis descongelar sin quitar el papel film, para que el cambio de temperatura no se produzca de manera tan brusca.
Como veis la receta es muy sencilla y el bizcocho está delicioso,
¡Espero que os haya gustado la receta de hoy y os sea útil!
¡Besos!
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