domingo, 4 de octubre de 2020

Crema Catalana

¡Hola de nuevo! Hoy os traigo una receta super rica y super tradicional, de esas que, seguramente, hayáis probado todos en más de una ocasión… 

Me refiero a la Crema Catalana, un delicioso postre típico de Cataluña pero que hoy en día es fácil encontrar en muchos restaurantes de otras partes de España.

Se trata de una especie de natillas con un toque a canela y limón y una fina capa de azúcar tostado en la superficie, su seña de identidad inconfundible.

Y es que una buena crema catalana es fácil de reconocer por su deliciosa capa de azúcar tostado que se parte en pedacitos con unos suaves toques de la cucharilla, ¡una delicia!

Además de rica, esta receta es muy sencilla y rápida de hacer.

¡Vamos con la receta!

Ingredientes

1 litro de leche entera.

8 yemas de huevos L.

30-40 g de maicena (harina de maíz).

120-150 g de azúcar blanco.

1 ramita de canela.

Ralladura de la piel de medio limón (solo la parte amarilla, sin la parte blanca porque amarga).

Un poco más de azúcar para tostar (y un soplete).

Elaboración

Echamos la leche en un cazo (toda salvo una taza, que reservaremos), junto con la rama de canela y la piel del limón y ponemos a fuego bajo-medio.

En un bol echamos las yemas de huevo y el azúcar. Diluimos la maicena en la leche que habíamos reservado, para que se disuelva bien, y añadimos al bol junto con las yemas y el azúcar. Mezclamos bien.

Cuando la leche rompa a hervir apartamos el cazo del fuego y la vertemos (pasándola por un colador) en el bol junto con las yemas.

Sin dejar de remover, con varillas o cuchara de madera, vamos vertiendo poco a poco la leche y mezclando bien para evitar que queden grumos.

Una vez esté bien mezclado, vertemos la mezcla de nuevo en el cazo (del cual habremos retirado los restos de piel y canela). Llevamos a fuego medio-bajo y no dejamos de remover en ningún momento (preferiblemente usando una cuchara de madera).

Poco a poco veremos que la mezcla empieza a espesarse.

Es muy importante no dejar de remover en ningún momento, así evitaremos que se queme. Pasados unos 15 minutos, la mezcla habrá espesado y tendrá una consistencia parecida a la de las natillas.

En ese momento apartamos del fuego, vertemos en los moldes y dejamos enfriar.

Una vez fría, conservamos la crema catalana en la nevera.

Cuando vayamos a servir, espolvoreamos por encima una fina capa de azúcar blanco y quemamos ligeramente con el soplete de cocina. De esta forma conseguiremos que el azúcar se convierta en una fina capa de crujiente caramelo.

Lo más característico de este postre es esa fina capa de caramelo, que se rompe con pequeños toques de la cucharilla.

Como veis no es nada difícil de hacer y ¡el resultado está para chuparse los dedos!


Espero que os haya gustado la receta de hoy y os animéis a prepararla porque…¡no hay crema catalana más rica que la casera! ¡Ya veréis!

¡Nos vemos en la próxima receta! 

(Preparaos porque…¡Halloween se acerca!)


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