Llevaba tiempo con esta receta en mente y, por fin, aquí está. Soy una amante del chocolate blanco, es mi favorito. Lo sé, no es auténtico chocolate, pero no lo puedo evitar. Además, reconozco que el coco nunca me ha entusiasmado, pero desde hace unos años ¡me encanta! Cosas de hacerse mayor, supongo, que los gustos cambian y mejoran.
Pues eso, que aquí tenéis estas deliciosas trufas de chocolate blanco y coco rallado. Están deliciosas y, ahora que casi es Navidad, son el dulce perfecto.
Son muy muy sencillitas de hacer, ¡ya veréis! Además, no os preocupéis, si a diferencia de mí, no os encanta el chocolate blanco, que no cunda el pánico, porque AQUÍ tenéis la versión de trufas de chocolate negro y cacao, ¡deliciosas!
Las trufas consisten en preparar una especie de ganache espesa, para poder darles luego forma sin que se derritan. Yo en esta ocasión las he preparado con chocolate blanco especial para postres y luego les he añadido coco rallado, pero podéis añadirles frutos secos en el interior, galletas... ¡hay un montón de posibilidades!
Con las cantidades que os indico os saldrán unas 20-23 trufas de unos 20 g de peso. Si queréis que os salgan más podéis duplicar cantidad o hacer las trufas más pequeñas, de unos 15 g cada una.
¡Vamos con la receta!
Ingredientes
400 g de chocolate blanco para postres.
150 ml de nata líquida para montar (con al menos 35% de materia grasa).
30 g de mantequilla sin sal.
5 g (media cucharada sopera) de azúcar blanco.
1 cucharada sopera de coco rallado y un poco más para rebozar las trufas.
Elaboración
Troceamos el chocolate, lo ponemos en un bol y reservamos.
En un cazo, a fuego bajo, ponemos la nata, añadimos la mantequilla y el azúcar y removemos. Cuando rompa a hervir retiramos del fuego y vertemos poco a poco en el bol con el chocolate. Vamos removiendo bien para que el chocolate se vaya derritiendo.
Si veis que no se termina de derretir por completo, podemos meter el bol en el microondas para terminar de derretirlo a intervalos de 20 segundos.
Removemos bien, añadimos el coco y seguimos removiendo hasta que la mezcla sea homogénea.
Dejamos reposar y enfriar a temperatura ambiente. Cuando esté frío, cubrimos a piel con un papel film y metemos en la nevera. Nada más terminar de hacer la mezcla veréis que está bastante líquida, no os preocupéis, en la nevera endurecerá.
*Tapar con film a piel significa cubrir la mezcla de tal forma que el fil toque directamente con la masa o la crema, evitando que quede aire y así no se nos formará costra ni se secará.
Lo ideal es dejar la mezcla toda la noche en la nevera, pero también será suficiente con dejarla unas 3 o 4 horas.
Una vez esté fría, la sacamos de la nevera y, ayudándonos de una cuchara, vamos cogiendo la crema. Veréis que está bastante dura y cuesta un poco. No pasa nada, cuando tengamos unos 15 o 20 g de la crema, con las manos bien limpias y secas vamos dándole forma de bolita, como si fuera plastilina. El calor de las manos ayuda a ablandar la mezcla y así la forma queda perfecta. En este momento que está un poco blandita, ponemos coco rallado en un plato y las vamos rebozando bien.
Las pasamos a una bandeja y las vamos colocamos sobre un papel de horno. Una vez tengamos todas las trufas hechas y rebozadas, las metemos en la nevera para que endurezcan de nuevo. Con dejarlas 20 minutos o media hora será suficiente.
¡Y ya está! Ya tenemos nuestras deliciosas trufas listas para hincarles el diente.
Como veis, la receta es muy muy fácil y os prometo que el resultado es espectacular, ¡están buenísimas!
¡Nos vemos en la próxima receta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Leo todo vuestros comentarios y me encanta recibirlos, ¡Si tenéis cualquier duda no dudéis en preguntarme!